miércoles, 27 de agosto de 2008

Poetas Salteños

EL CABALLO MUERTO

Si tu cabeza no estuviera muerta
y tu aire fuera libre pradería,
se dijeran los juncos en la arena
está tu calavera todavía.

Para un caballo muerto en el otoño
entre senderos y bejucos claros,
florece el campo de hojas estrujadas
y crece un cielo de ojos de caballo

Como una mano el costillar de azúcar
suelta en el aire pájaros oscuros.
Si el caballo sintiera, pensaría
que lleva niños a los cuatro rumbos.

La hierba de sus cascos apretaran
se torna mies y por sus ojos crece.
Y el caballo no sabe que a esa hora
hay un caballo que desaparece.

Manuel J, Castilla

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